Sigue las pisadas del Jaguar en la Meseta de Cacaxtla

Sinaloa es un estado lleno de riqueza y diversidad natural, que bien puede ir de cálidas y paradisíacas playas como las de Mazatlán, a climas más templados entre pinos y montañas como en la sierra de Badiraguato, pasando por santuarios naturales como la Meseta de Cacaxtla, donde la selva predomina.

La Meseta de Cacaxtla es uno de los santuarios naturales más grandes del estado, y al mismo tiempo es poco conocido. Ubicado a menos de una hora de la ciudad Mazatlán, se conforma por 50 mil hectáreas que comprenden parte de del Municipio de Mazatlán y San Ignacio, abarcando desde el Mar de Cortés hasta la serranía del estado.  

En este espacio habitan gran diversidad de especies, como la tortuga marina, el pelícano café, el loro frente blanca, carpintero cabeza roja, la lechuza, el halcón peregrino, venado cola blanca, jabalí, puma, ocelote y uno de los más emblemáticos el Jaguar.

Dentro de esta Área Protegida se encuentra el Corredor Biológico del Jaguar, una ruta eco turística que comprende varios pueblos de la región como San Javier, El Carmen, Tacuitapa, el Cabazán y San Ignacio. En estos pueblos pueden realizarse diversas actividades turísticas y culturales como caminatas a través de la selva, donde se siguen las rutas por donde transitan los jaguares. En esta caminatas también se admira gran diversidad de plantas y animales que habitan la zona.

Entre las actividades culturales también se puede visitar el Museo del Jaguar, ubicado en Cabazán, en el que se pueden ver fotografías, pieles y taxidermia de algunos especímenes donados, además de información relacionado con el jaguar y otros felinos que habitan en la zona, como el ocelote, el puma y el tigrillo.  

En la Meseta de Cacaxtla también se encuentra una de las zonas arqueológicas más importantes del estado, Las Labradas, una playa de aguas cristalinas y suave arena, donde resaltan numerosas rocas volcánicas de color negro, en las cuales se encuentran más 500 petroglifos tallados en piedra que datan de épocas prehispánicas.

La época con mayor afluencia de visitantes es durante el Equinoccio de Primavera, el cual se celebra con danzas como la del Venado y Mayo Yoreme, se práctica del Tai Chi y hulama, además se dan conferencias alusivas a la celebración.

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